Había sido convocada la reunión en el centro para asistir luego del almuerzo, mas poca gente tenía nervios para comer en momentos como este. Los jefes de familia preocupados por los más pequeños, las madres preocupadas por sus hijos, los hombres preocupados por sus mujeres. La inquietud se arrastraba ansiosa.
La tensión y el pánico que tan evidentemente se hacían notar en los rostros de los demás eran causados por la reciente desaparición de algunos miembros de la comunidad. Dichas desapariciones habían ocurrido en el pasado, los ancianos contaban historias que hablaban de una serie de eventos sobrenaturales que acabaron con la vida de antiguos compañeros hace algunos años ya. Vidas que no regresarán, y todo parecía indicar que esto estaba ocurriendo nuevamente.
Los rumores han ido circulando desde el inicio de nuestros días, sobre la existencia de otros seres, inteligencias más avanzadas, y la inminente verdad de que las cosas no son como parecen. Muchas palabras sacrílegas han forrado los muros del pensamiento, muchos cuestionan la existencia de Dios, y comentan que la aparición de nuestra comida y las desapariciones sólo son producto de nuestra falta de perspectiva en algunos asuntos. Tal vez no lo sepamos todo, tal vez no se puede resumir la vida en la existencia de un Dios que todo lo provee y todo lo creó.
Así continuó el día en la colonia de hormigas, mientras en las afueras, un niño recogía su chupeta roja llena de pequeños puntos negros moviéndose desesperados.
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